jueves, 22 de diciembre de 2011

1969 (por Mauricio Vargas Herrera)

—¡Mamá, mamá! —La niña corrió a los brazos de su madre—. Son alienígenas, ¿verdad? —preguntó en medio de sollozos.
—Tranquila, amor —dijo la madre acunándola en sus brazos—. Ya pasará.
Pero apenas comenzaba. Cuando se supo de la llegada de aquellos dos seres blancos, se desató el terror en la colonia. Las cámaras exteriores los registraron y trasmitieron todo por la televisión. Eran horribles, con su único y enorme ojo de cristal negro que resplandecía a la luz lejana del sol. Caminaban con lentitud inspeccionando la superficie.
Resguardados en sus hogares, sólo esperaban a que los visitantes pusieran su bandera, dejaran su huella y se marcharan para nunca regresar.
En la Tierra, los humanos deseaban todo lo contrario.

...

Sobre el autor:
Mauricio Vargas Herrera nació en Cali en 1992, aunque reside en Bogotá hace ocho años. Aficionado a la literatura fantástica, escribe sus historias tratando de emplear los elementos de nuestra cultura en un género poco explorado en el país. Defensor de la literatura popular como método para atraer a nuevos lectores y amante de las "lecturas de presidiario", como le gusta denominar a los libros gordos. Participa en varios sitios web dedicados a la literatura fantástica: El blog Historias en el piso trece y la página de Facebook El edén de los Novelistas Brutos. También administra un blog, Friki Mortis, dedicado a la literatura de terror, y participa eventualmente con algunas reseñas en arboldetintalibros blog. Actualmente cursa cuarto semestre de Estudios Literarios en la Universidad Autónoma de Colombia.

1 comentario:

Raúl Ógar dijo...

Felicito a este gran escritor por el trabajo que hace con el genero fantástico. Este microcuento es perfecto. Me encantó y sorprendió.
Muy bien hecho, Mauricio.