lunes, 2 de enero de 2012

Yo no soy (por Luis Enrique Martínez Dueñas)

Quiero una copa de vino
o de cualquier licor
simplemente algo que alivie este triste corazón

oh soledad eres mi única compañía
me refugio en ti y en tu agonía

soy un bohemio
soy un pseudointelectual
con pretensiones mas allá de lo normal

maldito lápiz
malditos libros
con ustedes vivo
con ustedes muero
No se si odio o amo
Amo el fracaso
Odio el triunfo
Amo el odio
Odio el amor

Triunfo en la frustración
Me frustro en el triunfo

¿El mundo está lleno de odio
O yo odio al mundo?

Todo odio
Todo amo
Todo deseo ser
Nada soy

Soy un escéptico
Soy un ecléctico

Odio la soledad
Odio la tristeza

La soledad me acompaña
Soy feliz en la tristeza

Mi cuerpo se llama féretro
Y mi corazón se llama difunto

...

Sobre el autor:
Luis Enrique Martínez Dueñas. El lúgubre y extraño 25 de septiembre de 1989 cuando el reloj daba las doce campanadas del medio día en un villorrio que lleva por nombre Popayán ubicado en Cauca, Colombia nace un feto muerto… feto que al verlo un médico llamado Luis Félix lleno de esperanzas dice: “este niño no está muerto” en ese mismo momento aquel niño es sometido a sofisticados procedimientos médicos, volviendo a nacer, mientras que su madre era salvada.
A los pocos días este minúsculo fruto de la concepción humana y el esfuerzo medico, bajo el desfigurado rito católico del bautizo es llamado Luis Enrique en honor al doctor que lo salvo y a su desconocido abuelo victima de la diáspora judía quien lleva o llevaba por nombre Enrique Nathan.
Luis Enrique quien es el menor de cinco hermanos uno de ellos muerto al nacer, crece en un entrañable hogar en medio de los amorosas y rígidas represiones de su madre Lucy Dueñas y las lapsas opiniones del persuasible carácter de su padre Gerson Martínez quien por causas nunca mencionada pudo llevar el apellido de su padre Enrique Nathan.
Luis Enrique se crio entre la modestia y las dificultades económicas, curso su primaria en una grandiosa escuela pública llamada concentración escolar Guillermo Valencia en honor al “ilustre” poeta payanes, ubicada en el apacible y hermoso pueblito de Timbío ubicado a unos pocos kilómetros de ese “hidalgo” lugar llamado Popayán, al terminar su primaria se adscribe a un culto cristiano protestante del cual empieza a dudar al cabo de unos dos o tres años de asistencia continua, influenciado por el Heavy metal, las teorías evolucionistas y marxistas decide declararse ateo y materialista, auto denominación de la cual luego va renegar, descubriendo que el hombre no puede ser solo materia física y que hay mucho más allá de lo que los hombres denominan evidente y objetivo, a partir de esa crisis ideológica se autodenomino agnóstico, durante ese tiempo cursara 3 años de secundaria en el Colegio Mixto Carlos Albán de Timbío al cabo de esto volverá a ese horrible, conservador y religioso, pero así mismo amado lugar donde nació, para terminar su secundaria en el INEM (instituto nacional de educación media diversificada) Francisco José de Caldas espacio en el cual experimentara de la militancia en los movimientos estudiantiles de adscripción izquierdista, de llevar cabello largo y de creerse rebelde por escuchar esos excelsos sonidos llamados rock and roll y heavy metal, al terminar sus estudios secundarios desilusionado de no poder hacer su sueño de estudiar sociología, es admitido en la “venerable” Universidad del Cauca al programa de Ciencia Política al cabo de un semestre defraudado por la academia decide desertar buscando en el programa de Historia su sueño de estar en la universidad llevando un morral de lana y con el cabello largo haciendo un continuo debate sobre las problemáticas sociales y epistemológicas de la humanidad.
Hoy en día inmerso en una profunda desilusión por todas las teorías sociales especialmente las izquierdistas y atravesado por el pesimismo y el existencialismo hace un terrible esfuerzo para soportar la alienadora academia llena de sumisas ovejas que van hacia el matadero de objetivar el devenir humano encarcelándolo en minúsculas celdas llamadas conceptos.

No hay comentarios: